jueves, febrero 28, 2008

Ley contra el derecho, es ley contra la justicia

Toda norma o ley que se promulgue contra la justicia, es criminal.

Cualquier ley que atente contra el principio de igualdad, u otros derechos, es un atentado contra la justicia. No puede valer ninguna ley que no ampare a las víctimas ni valga para hacer justicia. No puede haber justicia cuando hay un gobierno que la persigue con la ley. Sin leyes para la justicia, nadie podrá evitar el crimen

¿Qué clase de sociedad le permite a su gobierno promulgar leyes que para garantizar un derecho, a un colectivo cualquiera, agrede el derecho del resto de los ciudadanos? ¿Qué clase de legislativo se supedita a ese gobierno y las diseña de esa forma criminal? ¿Qué clase de servicio judicial las acepta como útiles para impartir justicia, cuando atentan contra ella?



El mal trato, por violencia de género, sigue dibujando un macabro rastro de cifras en víctimas de torturas y muertes. El Gobierno Z no dudó en hacer una ley ‘contra el mal trato de género’. Tanto que la hizo y la aprobó en tiempo récord, ante la presión de frecuentes manifestaciones de organizaciones feministas y de víctimas. Qué pena que no se preocupara de su eficacia y amparo, a las víctimas, tanto como de las prisas por complacerlas con esa clase de ley que les dedicó, con el beneplácito de aquellas organizaciones que tanto ‘sufrían’ con el mal trato sobre mujeres y niños indefensos. Sufrimiento que duró justo hasta que obtuvieron esa ley. Esa ley de discriminación contra el ‘macho’, pero más cerca de amplificar el problema que de atajarlo. Todos invocaron a las víctimas. Pero todos dieron sus conciencias por satisfechas, cuando ya tenían lo que querían. Unos obtuvieron una ley que las privilegiaban en detrimento del derecho de otros, a cambio de que otros obtuvieran ‘éxito’ político y su esperado premio en votos. Las víctimas siguieron cayendo igual que antes, pero ya habian retirado los globos y guirnaldas del escenario donde representaron su farsa. Ya solo eran una noticia en el empolvado rincón de algunas páginas de algunos diarios.

Se echan de menos aquellas manifestaciones de dolor. Su rechazo a una ley inútil para los objetivos que la justificaron. Todos aquellos programas TV que tanto vendieron invitando a feministas que elevaban su clamoroso gemido de dolor hasta remover las conciencias, desde el estado hasta los cimientos de la sociedad. La causa era justa. La reacción reivindicativa, justificada. Pero quedó claro que el fin era totalmente ajeno a aquella causa. Contrasta tanta lucha y razones, con su fuga e indiferencia tras silencios cómplices, en el olvido de aquellos escenarios que tanto patearon enarbolando la bandera del legítimo ‘derecho a vivir’. Fue exactamente hasta el momento de obtener “la ley”. A partir de ese momento, se acabó. Como si un rayo hubiera fulminado la sensibilidad por el dolor de la muerte cruel, a manos de malditos. La ley se aprobó. Las torturas y las muertes, continuaron. La presión, las manifestaciones y reivindicaciones, acabaron. Ya nada importaba. Tenían su ley y esta les servía. Lo demás, 'daños colaterales'.

Fue exigida por un colectivo rico en votos, con objetivos ajenos a aquella causa justa, como otras leyes justificadas a otros colectivos con otras causas justas, pero para fines igualmente espurios. Fue regalada por los mismos intereses políticos, como las otras. Había un código penal que contemplaba penas adecuadas para el asesinato. Pero extrañamente no se aplicaba o no se hacía con la eficacia debida. Extrañamente las feministas no exigían la aplicación de aquella ley penal. Las feministas querían que el asesinato de mujeres tuviera un tratamiento especial, sumando articulados especiales, que despojaran al varón de parte de sus derechos fundamentales, de forma discriminatoria, anticonstitucional e ilegítima, en la misma cuantía con la que ellas fueron privilegiadas, de la misma forma ilegítima e inconstitucional. No querían justicia. Querían ‘la ley’. No la de hacer justicia, sino ‘esa ley’ injusta, solo útil para agredir derechos, quedando la situación de desamparo, donde y como estaba. Cuando tuvieron su “ley”, se acabó el interés por el legítimo ‘derecho a la vida’, y por los derechos a la libertad, pasando a ser un útil para bufetes de abogados/as expertos en dividir, enfrentar y despojar de bienes patrimoniales, tras el despojo legal. Incluso hay víctimas que se abochornan de las ventajas abusivas que les concede la ley, frente a las pocas garantías sobre su integridad física y moral, y de la seguridad de su propia vida. La mayoría quiere justicia y amparo, no expoliar el patrimonio familiar.


Las muertes y malos tratos, lejos de erradicarse o disminuir, han aumentado y la tendencia es de seguir al alza. También los divorcios y rupturas matrimoniales, ante el huerto sin amo en el que han convertido la vida de millones de hombres, con una ley magistralmente manipulada por los carroñeros que viven de la desgracia ajena. Que se lucran a costa de las víctimas mediante una ley que convierte en víctimas, o animales, a hombres, normales que tras ser despojados de su igualdad ante la ley, lo son de sus derechos patrimoniales, paternales y familiares, siendo arrinconados hasta la desesperación, por leyes criminales a manos de escoria ruin, que nunca les importó, el derecho ni la justicia. Ni para las víctimas, ni contra los agresores.

No hay esperanzas para la justicia, donde hay un gobierno que, manifiesta y públicamente desprecia a las víctimas, mientras pone al estado a compartir ‘mesa y mantel’ con asesinos.

Clandestino

lunes, febrero 25, 2008

“El inteligente aprende de sus errores. El estúpido muere siéndolo”




No es un disco rayado. Es un hombre a una mentira pegado.

La realidad es negra. Rajoy dice que ve la realidad negra. El Z demuestra, enseñando números y dibujitos (gráficos), ‘aprendidos en dos tardes’ a manos del gran maestro económico, Jordi Sevilla, que la negra realidad que todo el mundo ve negra y que así lo explica Rajoy, en realidad no es negra sino de color celestial armonizado por deliciosas vibraciones en el manejo angelical del arpa y la lira.

El Sr. Rajoy le ha perdonado. Ha dejado a Z, con el trasero al descubierto todas las veces que ha querido. Extrañamente ha dado la impresión de no querer apretar demasiado. Especialmente cuando andaba perdido rebuscando en la historia alguna excusa a su perversa ignorancia y mentirosa transparencia. Mientras Rajoy le daba datos sobre las evidencias objetivas, el impresentable especulaba con cifras y gráficos para demostrar lo bien que va todo. Que ha distribuido riqueza, dice el’ buen señor’. Que se lo pregunte a los que están pagando hipotecas que han hecho multimillonarios a los múltiples corruptos de múltiples ayuntamientos, autonomías y a saber. Hasta ha demostrado que la vivienda es ahora más barata que cuando gobernaba Aznar. Eso tras dejar claro que su sistema de enseñanza es el mejor de todos a pesar de ser los últimos de ‘la clase’ en las aulas europeas.

Se pavonea de haber subido los salarios, un 10%, pero calla que ha subido la inflación un 14,5%, que es lo mismo que bajar el salario un 4,5%. Se atribuye el crecimiento de internautas, mientras calla la censura que ejerce sobre algunos de ellos. De sus 24 mil millones de € de superhábit, con los que anda comprando votos de forma ilegal, pero calla que su origen está en un aumento de la presión fiscal del 2,5%. Es decir lo ha expoliado. Presume de él y se lo machaca en asegurar poltrona para volverlo a hacer otra vez. Además intenta convercernos de haber bajado dicha presión fiscal.

Definitivamente Rajoy lo ha arrinconado y no le ha sido muy difícil. En realidad para arrinconarlo solo hay que espetarle la verdad. No se ha ensañado cuando lo ha tenido a su merced y humillado para la ‘puntilla’, torpemente a la defensiva. Desorientado, inseguro, desarbolado y sin recursos ni argumentos. Rebuscando en la ‘memoria histórica’, en Aznar o en la transición democrática, algo que le diera algún respiro, para finalmente acabar siempre en su habitual normalidad: MENTIR. Mentir repitiendo una y otra vez las mismas mentiras como si el subconsciente hubiese sido suplantado por un disco rayado. Alguien debió decirle que en un mitin las mentiras cuelan bien al ser precedidas de una oleada de aplausos bien dirigidos por el responsable aplaudidor profesional. En el cara a cara resulta bochornoso y patético la evidencia de la ineptitud y el comportamiento infantil y asustadizo de un niño cogido en faltas. Es duro saber que tenemos al enemigo viviendo y destrozando el estado, pero además al comprobar, de primera mano, que es un mastuerzo inútil, se cae el alma al suelo.

Ahora hay una recua de ‘expertos’ demostrando que ha ganado el “presidente” porque el que tiene que demostrar su valía y convencer es el aspirante y no lo ha hecho. Esto aparte de ser mentira, le está bien empleado a Rajoy por no haber concretado en las varias ocasiones que perdonó el K.O. Supongo que le habrá dejado fuelle para que le aguante hasta el próximo ‘asalto’.

No son pocos los que desean creer esas mentiras. Tampoco faltan entre quienes necesitan creerlas para asegurar planes, expolios y privilegios.

domingo, febrero 24, 2008

Hace bien no pidiendo perdón. No hay paga ni perdón para los traidores




No quiero que pidan perdón. Ya es demasiado tarde para perdones ni para contemplaciones. Que paguen cada uno de sus delitos. No hay perdón ni para los terroristas, ni para los traidores. Nos insultan cada vez que señalan a sus víctimas como culpables de sus propias maldades, con total desfatachez y desvergüenza.

Es típico en gente de su calaña. Estamos acostumbrados a verlos en los juicios, con actitud ofensiva hacia sus víctimas. Mostrándose agresivos y groseros con el tribunal, intentando llenarse de razones, tras sus asesinatos sobre inocentes, en una huida cobarde hacia ninguna parte. Igualmente vemos a sus valedores en sus mítines, adoptando los mismos modos y agresividad verbal, llamando mentirosos a los que sufren las consecuencias de sus mentiras. A los que sufren las consecuencias de sus crímenes. A los que sufren las consecuencias de sus delitos. De su maldad manifiesta y de su ineptitud inevitable. Claro que se niegan a pedir perdón. Eso sería reconocer sus delitos. Eso sería mostrar algo de ética, moral, dignidad... Eso asombraría a propios y extraños, ya que de tener algo de ética y dignidad no actuarían como miserables y hace años que se habrían entregado a las FSE y puestos a disposición judicial para purgar sus crímenes, dejando de infringir daño a la nación, con la saña que lo hacen.

Pero no. Ahí andan pavoneándose vendiendo España a los nazis, ventajistas y proterroristas, con los que se asocian y dispensándonos autoritarismo humillante como a súbditos vasallos o mofa y menosprecio como a imbéciles. Viviendo en el despilfarro y compra de voluntades y silencios, mientras nuestros hijos están hipotecados por largas décadas que pagarán a sus corruptos. Acusando a la ciudadanía, a las víctimas, a la oposición...de su indecorosa conducta inmoral, típica de barriobajeros de arrabal. Acusándolos de sus propias miserias y maldades, agitando a sus turbas de fanáticos contra ellos, ante la absoluta imposibilidad de presentar proyecto político alguno, por las insalvables dificultades intelectuales y morales, que esto les supone. Solo les queda la vía ya sobreexplotada en sus cuatro años de holganzas, intrigas y crispaciones, entre delito y delito, y mentira y mentira, hasta dejar al estado hecho unos zorros y a España hundida anímicamente y la nación destrozada, enfrentada y sin ley, ni justicia, ni orden constitucional, ni nadie que se responsabilice de nada. Un maldito erial, de tierra quemada, donde solo ellos campan a sus anchas, mientras las leyes políticas contra derecho, arremeten abusivamente contra sus víctimas y contra los que los critican, derrochando nuestro poder y recursos en comprar apoyos electorales, con el esfuerzo de nuestras familias hundidas en la inflación y en sus hipotecas, y en el expolio regalado a sus votadores con leyes criminales, a la vez que corroen al estado, arrollando todo aquello que huela o simbolice algo de patriotismo, honradez o civismo.

No quiero que pidan perdón por nada. Son lo que son y cualquier actitud de dignidad sería tan falsa y tan mentira como toda su existencia. Les exijo que se rindan y se entreguen. Que abandonen inmediatamente mi Estado y dejen de profanarlo con sus miserables chanchullos y con sus miserables nazis y pandilleros. Quiero que cada mañana sean sacados de sus celdas esposados y conducidos por funcionarios de prisiones, en furgones escoltados por la Guardia Civil y puestos ante un juez para que declaren, durante los meses o años que sean menester, todos y cada uno de los graves y abundantes delitos que han cometido contra la Nación, contra su legalidad constitucional y contra el Estado, destacando de entre todos los demás, el de alta traición.

Son fueras de la ley y como tales no se les puede consentir ocupar las dependencias que el ciudadano mantiene a través del Estado para garantizarla. El Estado no puede ser ocupado por delincuentes, mentirosos, traidores e ineptos. Hay que impedirlo con la ley en la mano. Ni los votos ni las alianzas legitiman a los criminales, por muchos que obtengan. Que la ley del pueblo caiga implacable sobre todos ellos.

Esta canalla quiere tensión y dramatismo. ¡Démosle drama hasta que les salga por las orejas, mientras huyen hacia cualquier frontera! Se encuentran muy seguros parapetados tras el desmantelamiento de la separación de poderes y la sumisa subvención, regodeándose en su impunidad. Hagámosles ver que la ley es el pueblo y que a esa ni se compra ni se adoctrina. En Georgia lo demostraron y en Ucrania también. En Rumanía, además, estuvo la cosa más acorde con el sistema de ‘tensiones’ y 'dramatismos’ implantado aquí por el traidor

Como muy bien recordó el Sr, Tamames, hace unos días, Mussolini acabó colgando de los pies, cabeza abajo, en la Plaza del Duomo, en Roma, por TRAIDOR que vendió a Italia. El sistema fue amañado para eludir a la justicia, pero el pueblo no. Se puede perdonar a mil delincuentes, pero jamás a un solo traidor.

Los que utilizan el estado de todos, pagados por todos para traicionar, mentir, engañar y desamparar a todos, privilegiando a los que les votan y les bailan el agua, vendiendo a la Nación, solo son ratas miserables y solo como tales ratas miserables deben ser tratados.

Clandestino